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Revisa los resultados por objetivo, no solo por rentabilidad

Revisa los resultados por objetivo, no solo por rentabilidad

15/09/2025
Maryella Faratro
Revisa los resultados por objetivo, no solo por rentabilidad

En un entorno cada vez más competitivo, las empresas tienden a evaluar sus proyectos e inversiones principalmente a través de ratios financieros como ROI, ROA o ROE. Sin embargo, esta visión unidimensional de la eficacia puede dejar de lado factores decisivos para el crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo.

La limitación de evaluar solo con métricas financieras

La rentabilidad mide la eficiencia de una inversión comparando el beneficio neto con el costo incurrido. Por ejemplo, si se invierten $70,000 y se obtienen $7,000 de utilidad, la rentabilidad es del 10%. Aunque estos indicadores son esenciales, no captan el impacto estratégico ni el alineamiento con el propósito de la organización.

Ratios como ROS (rentabilidad sobre ventas), ROA (rentabilidad sobre activos) o ROE (rentabilidad sobre capital) ofrecen una fotografía financiera, pero pueden enmascarar señales de alerta en áreas tan críticas como la satisfacción del cliente o la huella ambiental.

Métricas alineadas a objetivos estratégicos

Para obtener una visión más completa, es esencial incorporar indicadores no financieros que reflejen los objetivos clave de la empresa. Estas métricas permiten anticipar tendencias y fortalecer la resiliencia ante cambios del mercado.

  • Satisfacción del cliente: NPS, encuestas de experiencia, tasas de retención.
  • Participación de mercado: cuota relativa, crecimiento segmentado.
  • Sostenibilidad ambiental: huella de carbono, consumo energético, certificaciones verdes.
  • Reputación de marca: brand awareness, calidad percibida, menciones en medios.
  • Compromiso del talento: rotación, clima laboral, formación interna.
  • Cumplimiento normativo y ético.
  • Impacto social: proyectos comunitarios, alianzas estratégicas.

Al integrar estos indicadores se logra una visión integral del desempeño que no solo evalúa el presente financiero, sino que anticipa las capacidades de crecimiento y adaptación futura.

Comparativa práctica: más allá del ROI

Supongamos dos iniciativas con diferente perfil estratégico:

Aunque el Proyecto A ofrece mayor retorno financiero, el Proyecto B genera un valor estratégico más sólido al elevar la confianza del cliente y apoyar la agenda ambiental de la compañía.

Implementando un cuadro de mando equilibrado

Para sistematizar esta visión holística, muchas organizaciones adoptan modelos como el Balanced Scorecard, que permite:

  • Definir objetivos claros en cuatro perspectivas (financiera, clientes, procesos internos y aprendizaje).
  • Asignar indicadores cuantitativos y cualitativos a cada meta.
  • Establecer iniciativas y responsables para monitorear avances.
  • Realizar revisiones periódicas y ajustes según los resultados.

Este enfoque facilita alinear KPIs a objetivos y asegurar que cada inversión aporte al propósito global.

Ventajas y beneficios de una visión integral

Al complementar la rentabilidad con métricas por objetivo, las empresas obtienen múltiples beneficios:

  • Visión holística que reduce la ceguera financiera.
  • Mejor alineación interna y compromiso de los equipos.
  • Justificación más sólida ante inversores y stakeholders.
  • Innovación responsable y foco en el crecimiento sostenible.
  • Comparabilidad y benchmarking sectorial con parámetros ajustados.

Riesgos de la ceguera financiera

Una empresa que se enfoca únicamente en beneficios a corto plazo puede enfrentar consecuencias graves:

Limitación en la capacidad de adaptación ante nuevas regulaciones, pérdida de talento por falta de motivación interna o deterioro de la reputación ante consumidores cada vez más conscientes.

Casos de grandes corporaciones que recortaron inversión en innovación para mejorar márgenes y luego quedaron rezagadas ante competidores más ágiles son un claro recordatorio de este riesgo.

Conclusión y llamadas a la acción

Revisar los resultados por objetivo y no solo por rentabilidad es una práctica esencial para cualquier organización que aspire a la excelencia y la resiliencia. Integrar indicadores no financieros, implementar un cuadro de mando equilibrado y fomentar la cultura de medición estratégica son pasos fundamentales para:

  • Garantizar un crecimiento rentable y sostenible.
  • Fortalecer la confianza de clientes, empleados y accionistas.
  • Promover la innovación y el impacto social positivo.

Invierte tiempo en definir tus objetivos estratégicos, selecciona métricas que los reflejen y establece procesos de seguimiento claros. De esta forma, tu empresa no solo será rentable, sino también relevante y preparada para los desafíos futuros.

Maryella Faratro

Sobre el Autor: Maryella Faratro

Maryella Farato, de 29 años, es redactora en startau.org, con enfoque en finanzas personales para mujeres y familias que buscan alcanzar la independencia financiera.